Los datos del Sistema Nacional de Salud son esclarecedores: más del 15% de la población se automedica. Es decir, hay personas que, por su propia iniciativa y sin receta médica, consumen compulsivamente analgésicos, antidepresivos o antibióticos. Esta decisión supone un problema sociosanitario de primer nivel pues, entre otras cosas, se está facilitando la aparición de bacterias resistentes a todo el espectro de antibióticos desarrollados. 

Complementos vs. Suplementos

Aunque estos dos términos suelen utilizarse como sinónimos, no lo son. Mientras que los complementos se utilizan para llegar a los requerimientos de un determinado nutriente dentro de una dieta normal, los suplementos se destinan a paliar déficits de nutrientes sobrevenidos en muchos casos por seguir una dieta muy restrictiva (vegetariana, vegana, etc.) o por sufrir algún tipo de enfermedad. En palabras de la Dietista-Nutricionista Paloma Quintana: «(los suplementos nutricionales) No son necesarios, pero sí útiles en algunos casos». ¿Es este el caso de los complementos basados en Magnesio?

El magnesio y su utilidad

El magnesio es un mineral con múltiples funciones en el organismo. Por ejemplo, actúa como cofactor enzimático (elemento de apoyo necesario para la actividad de una enzima concreta) en multitud de reacciones químicas cruciales para el metabolismo energético, la formación de proteínas o la regulación del sistema nervioso. Sin embargo, como repiten constantemente los profesionales de la salud, los complementos y suplementos alimenticios nunca deben sustituir una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable basado en el ejercicio. No obstante, no paran de salir al mercado productos con altas concentraciones en minerales, vitaminas o aceites vegetales que se autoproclaman beneficiosos para distintas afecciones.

Y todo ello a pesar de que la legislación es tajante al respecto: los suplementos no son un medicamento y «el etiquetado, la presentación y publicidad no atribuirá a los complementos alimenticios la propiedad de prevenir, tratar o curar una enfermedad humana, ni se referirá en absoluto a dichas propiedades” (RD 1487/2009).

Esto no impide, sin embargo, que la comunidad científica siga investigando el papel de suplementos en la salud humana. Así, se han publicado muchos artículos; más de 12.000 indexados en PubMed, el buscador de artículos científicos por excelencia. Muchos de estos trabajos refieren al papel de la suplementación con Magnesio en la fibromialgia, una patología crónica, compleja y vinculada al dolor musculoesquelético generalizado. Buena parte de estos se revisaron en el trabajo reciente de Boulis y colaboradores [1], quienes concluyeron que el rol beneficioso de los suplementos con magnesio en fibromialgia no está claro, puesto que la mayor parte de artículos que lo estudiaron no estaban adecuadamente diseñados: no se controlaba la intervención con un placebo o no se ocultaba el tratamiento y los grupos de estudio a los investigadores implicados, algo que se conoce en el argot científico como «doble ciego».

Entonces, ¿puedo suplementar mi dieta?

La mayor parte de los suplementos tienen concentraciones adecuadas y validadas para evitar que se sobrepase el límite indicado para cada uno de los nutrientes que contienen. En algunos casos concretos (intolerancias, dietas restrictivas, patologías digestivas), la suplementación de la dieta tendrá efectos beneficiosos. Sin embargo, aunque estos productos no tengan efectos nocivos para la salud, su consumo debe de ser siempre prescrito y controlado por un profesional de la salud y su efecto será siempre mayor cuando se acompañe de una dieta equilibrada y de un estilo de vida activo. En torno a estos pilares básicos de salud hemos diseñado en Pronacera nuestro proyecto de investigación para encontrar biomarcadores moleculares asociados a la fibromialgia, cuyas pacientes suelen estar suplementadas en muchos casos. En él, validaremos el efecto de una intervención nutricional suplementada con AOVE sobre la salud de las pacientes y los biomarcadores descubiertos.

                                                                                                                                                                                           Jorge Antolín Ramírez Tejero