Columnas de anexina, antioxidantes, incremento de actividad física, hábitos saludables, chips de selección espermáticay un largo etcétera. ¿Conoces los tratamientos existentes para la infertilidad masculina? El equipo de Pronacera te muestra las novedades en este campo.  

El factor masculino en reproducción, ¿qué hay de nuevo?
ABC, 2021, los óvulos facilitan el embarazo corrigiendo espermatozoides con anomalías genéticas.

La infertilidad es una enfermedad declarada por la OMS que afecta a un 10-20% de la población en edad reproductiva. Dentro de este grupo, los porcentajes de responsabilidad se reparten del siguiente modo: 

  • Un 40% causados por factor masculino 
  • Un 40% causados por factor femenino 
  • Un 10-15% causados por la combinación de ambos factores 
  • Un pequeño porcentaje variable de causa desconocida (infertilidad idiopática)  

Del 40% dependiente del factor masculino, se calcula que aproximadamente un 10% de casos se deben a rupturas en el material genético (ADN) del espermatozoide, lo que se conoce como fragmentación del ADN. Este tipo de anomalías pueden mostrarse en hombres con parámetros seminales como el espermiograma dentro de la normalidad, estando habitualmente relacionada con causas externas como el abuso de tabaco, el alcohol u otras drogas, la edad avanzada, la exposición profesional a tóxicos, etc. Este tipo de anomalías se conocen hace algunas fechas, y las técnicas desarrolladas desde entonces permiten incluso evaluar la integridad del ADN o su porcentaje de fragmentación, sabiendo si estas rupturas son sobre una sola de las cadenas del ADN o sobre las dos cadenas. Además, la ciencia reproductiva ha conseguido identificar el problema, así como encontrar soluciones que ayuden a solventarlo. La técnica más extendida de mejora de la calidad espermática tras la detección de la fragmentación son las columnas de clasificación mediante magnetismo, conocidas como MACS o columnas de anexina, las cuales están indicadas para la esterilidad masculina severa, como por ejemplo muestras seminales con un alto grado de fragmentación espermática o ante fallos repetidos de Fertilización In Vitro (FIV). 

Y, ¿qué hay de nuevo?  

Un estudio reciente publicado en la revista especializada “Fertility and Sterility” ha identificado que los óvulos podrían tener cierta capacidad de reparar el daño en el ADN de los espermatozoides por sí solos. En el mismo, reseñan que esta capacidad reparadora está estrechamente ligada tanto a la calidad de los propios óvulos como a la magnitud del daño que presente en su ADN el esperma.  

Hasta la fecha, conocíamos que las células disponen de varios sistemas para detectar y reparar los daños en el ADN, disponiendo incluso de enzimas específicas para tal efecto. En las células de los organismos adultos estos mecanismos están bajo el control genético de cada célula afectada, pero según apuntan los nuevos avances, la célula reproductiva femenina podría también aplicar los mecanismos adecuados para corregir el defecto sobre el espermatozoide, hecho que puede ocurrir hasta que ambas células inicien su propia actividad genética como embrión tras, aproximadamente, 3 días desde la fecundación. 

Además de este apasionante hallazgo, investigadores de varias universidades españolas han evidenciado como se puede mejorar la calidad del esperma con el uso de tratamientos suplementarios como los probióticos a base de ciertos Lactobacillus. De este modo, se ha conseguido reducir la fragmentación espermática en investigación, mejorando, incluso, otros parámetros como: 

– La motilidad espermática, aumentada hasta 6 veces  

– Los niveles de estrés oxidativo, reducidos hasta 3’5 veces  

Estos descubrimientos, que pueden parecer un pequeño paso, siguen ayudando a aportar evidencias sobre uno de los factores desencadenantes de infertilidad y que siguen siendo un factor secundario de investigación.  

En los próximos años veremos un gran desarrollo en tratamientos complementarios para la mejora de la calidad del semen, así como el avance de nuevas herramientas que nos sigan ayudando a aumentar las tasas de éxito en un procedimiento que aún es muy ineficiente, como es la reproducción humana. Así, gracias al estudio de los factores genéticos, metabolómicos y el microbioma masculino, así como su compatibilidad con el microbioma femenino, nos ayudarán a que cada vez menos parejas se queden sin conseguir su deseado sueño de ser padres.