El mito de la histeria

El fin del Síndrome de ovario poliquístico se dio con el conocimiento más profundo de la mente y el freno a la estigmatización de la sexualidad femenina.

La histeria, del griego hystera (útero), era una “enfermedad” supuestamente conocida desde los tiempos de Platón que afectaba sólo a las mujeres pues su causa se ubicaba en el aparato reproductor femenino. Esta creencia se extendió hasta prácticamente el siglo pasado, llegando a ser utilizado el término incluso por científicos tan prestigiosos como Sigmund Freud, padre del psicoanálisis.

El fin de esta denominada enfermedad se dio con el conocimiento más profundo de la mente y el freno a la estigmatización de la sexualidad femenina. Pero… ¿Qué pasaría si dijéramos que no estaban tan equivocados? Nuevos estudios afirman que tal y como decían los griegos en la edad antigua, definitivamente sí que existe una relación entre el aparato reproductor femenino (en este caso los ovarios) y la mente de la mujer, demostrando la relación entre el Síndrome de Ovario Poliquístico (o PCOS, por sus siglas en inglés) y una mayor probabilidad de sufrir trastornos de ansiedad e incluso transmitirlos a la descendencia. El PCOS afecta a más de 1 entre 10 mujeres hoy en día, y se caracteriza por altos niveles de hormonas masculinas en sangre, desórdenes menstruales, insulino-resistencia, obesidad además de trastornos tales como la depresión o ansiedad. En este nuevo estudio llevado a cabo en ratones por investigadores del Karolinska Institutet (Suecia) y publicados en The FASEB Journal revelan comportamientos similares a la ansiedad en ratones hembra tanto descendientes de madres obesas como de peso normal, pero siendo todos descendientes del grupo de madres expuestas a un alto nivel de hormonas masculinas durante la gestación. Por el contrario, para la descendencia masculina el nivel de hormonas resultaba indiferente mientras que la obesidad materna sí provocaba este comportamiento similar a la ansiedad en estos ratones al llegar a la edad adulta. De estos resultados dilucidamos cómo el ambiente uterino y otros factores medioambientales también afectan a la expresión génica en el cerebro, dónde se desregulan de modo específico para cada sexo un número de genes implicados en la ansiedad, teniendo como focos principales la amígdala y el hipotálamo. En conclusión, podríamos decir (si se corroborara esta teoría en humanos) que no sólo las mujeres que sufren PCOS tienen mayor probabilidad de padecer estos trastornos del comportamiento, sino que además, su descendencia (tanto femenina como masculina) estarían afectados a causa de dos de sus síntomas principales: el alto nivel de hormonas masculinas y la obesidad.

Redactado por: María Isabel Caballos Gómez

Fuente: https://goo.gl/iXgKv2