España posee actualmente la penúltima tasa de fertilidad de Europa (1,31 hijos por mujer) y edad media de embarazo (30,9 años). Así, se estima que casi un 15% de las parejas en edad reproductiva de nuestro país tienen problemas de fertilidad y existen cerca de un millón de parejas demandantes de asistencia reproductiva, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la infertilidad como una enfermedad del sistema reproductivo que se caracteriza por la no consecución de un embarazo clínico tras 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin anticoncepción1. Las causas pueden radicar en el varón (21%), en la mujer (33%), en ambos (40%) o ser inexplicables (6%). Las principales causas de infertilidad masculina son:

  • Alteraciones del tracto genital masculino.
  • Problemas de erección.
  • Alteraciones en la producción del semen (disminución de la calidad y la cantidad del semen).
  • Situación anómala del meato urinario o curvaturas muy pronunciadas del pene.
  • Problemas de obesidad extrema.

En función de la causa que provoque la infertilidad, la pareja tendrá que recurrir a alguna de las técnicas de reproducción asistida. Una de las más habituales es la inyección intracitoplasmática de espermatozoides.

Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)

La inyección intracitoplasmática de espermatozoides, abreviada como ICSI (IntraCytoplasmic Sperm Injection) es una técnica de reproducción asistida que consiste en la fecundación de los ovocitos por inyección de un espermatozoide en su citoplasma mediante una micropipeta, previa obtención y preparación de los gametos con el fin de obtener embriones que puedan transferirse al útero materno. Con esta técnica se prescinde de la reacción acrosómica (unión del espermatozoide con la zona pelúcida, penetración, unión y fusión del espermatozoide con el oolema).

Fecundación in vitro mediante ICSI. Fuente: reproducciónasistida.org

 

Para realizar la ICSI se necesita sólo un espermatozoide por óvulo, mientras que en una fecundación in vitro clásica sin ICSI son necesarios entre 50.000 y 100.000, ya que es el propio espermatozoide el que tiene que superar las barreras del óvulo para penetrarlo. La técnica ICSI está indicada en los siguientes casos:

  • Varones con baja concentración de espermatozoides en el esperma (azoospermia, oligozoospermia), problemas de movilidad (astenozoospermia) o mala morfología (teratozoospermia).
  • Varones que se han realizado una vasectomía.
  • Enfermedad infecciosa o infertilidad de causa inmunitaria.
  • Dificultad para conseguir una eyaculación en condiciones normales, como ocurre en la eyaculación retrógrada (problemas neurológicos, diabetes, etc.…).
  • Casos de muestras criopreservadas de varones vasectomizados o sometidos a tratamiento radio o quimioterápico. Son muestras muy valiosas porque se dispone de una cantidad limitada y la ICSI permite optimizar su uso.

En esta técnica, la elección del espermatozoide a inyectar puede llevarse a cabo según distintos parámetros como, por ejemplo, su morfología.

Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides Seleccionados Morfológicamente

La inyección intracitoplasmática de espermatozoides seleccionados morfológicamente, abreviada como IMSI (Intracytoplasmic Morphologically Selected Sperm Injection), es una técnica que permite seleccionar aquellos espermatozoides sin defectos o con menos alteraciones para llevar a cabo la ICSI, incrementando las tasas de implantación y embarazo. Hoy en día, esta técnica permite realizar la fecundación in vitro con una selección morfológica de los espermatozoides antes de ser introducidos en el óvulo,  ofreciendo ventajas en los casos de teratozoospermia en los que la mayoría de los espermatozoides presentan una forma anormal.

La IMSI, también denominada Super-ICSI, se basa en el uso de una super lente en el microscopio electrónico que permite ver los espermatozoides con muchos más aumentos. En concreto, la IMSI ofrece una ampliación de más de 6.000 aumentos, mucho mayor comparada con los 400 aumentos utilizados en la ICSI tradicional. La IMSI permite ver en detalle toda la estructura de los espermatozoides y localizar si existen defectos en su cabeza, cola o pieza intermedia.

Espermatozoides: diferencias morfológicas . Fuente: reproducciónasistida.org

Según la OMS, un espermatozoide con excelente morfología debe presentar las siguientes características: cabeza ovalada, cola recta, núcleo fijo y color transparente. Además, los espermatozoides deben tener el acrosoma intacto y no presentar vacuolas en su interior .

La IMSI está indicada para casos de teratozoospermia, así como para casos de fallos de fecundación con ICSI, fallos de implantación, elevada fragmentación del ADN espermático o casos de esterilidad de origen desconocido de larga duración.

Ventajas de la técnica IMSI

Un estudio reciente ha confirmado las ventajas de la técnica IMSI frente a la técnica ICSI2. Los investigadores analizaron los resultados de la técnica IMSI en 57 parejas con problemas de infertilidad masculina (oligoastenoteratozoospermia y teratozoospermia) que habían tenido fallos de implantación después de uno o dos ciclos de ICSI. Los resultados obtenidos tras comparar la técnica IMSI con los ciclo previos de ICSI reflejan una diferencia significativa en la tasa de fertilización de los pacientes: 30% (ICSI) vs. 52% (IMSI) y en la tasa de implantación: 30,2% (ICSI) vs. 68,5% (IMSI). Finalmente, la tasa de embarazo con la técnica IMSI fue del 62,4%, muy significativa si tenemos en cuenta que no se había conseguido ningún embarazo en los ciclos previos con ICSI.

La selección de espermatozoides de buena calidad y morfología normal mediante el uso de IMSI podría ser beneficioso para el desarrollo embrionario y para aumentar las tasas de implantación y embarazo. Sin embargo, diversos estudios no recomiendan utilizar IMSI de forma rutinaria en los ciclos de reproducción asistida3. Las parejas con fallos recurrentes de implantación, los pacientes con infertilidad severa por factor masculino y las parejas con edad avanzada son los grupos que tendrán mayores posibilidades de concebir a partir de IMSI. Hay que destacar que no se han reportado complicaciones prenatales ni posparto después del procedimiento IMSI3.

En conclusión, la técnica IMSI no está disponible en todos los laboratorios de reproducción asistida por su elevado coste y sigue siendo controvertida principalmente debido a las diferencias en los criterios de inclusión, los protocolos de estimulación y muchas otras variables. Sin embargo, no hay duda de que el uso de técnicas IMSI permite reducir el riesgo de abortos espontáneos y fallos en la implantación en casos de infertilidad masculina, siendo una herramienta muy útil en reproducción asistida para aumentar la tasa de embarazo en muchas parejas.

Sergio Moya

Bibliografía

  1. Zulategui, J; Cobo, A; Romero, J; Galán, A; Albert, C. y De los Santos, M.J. Inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). En: Remohí, J; Cobo, A; Romero, J; De los Santos, M.J. y Pellicer, A. (2008). Manual práctico de esterilidad y reproducción humana. Madrid: McGraw-Hill.
  2. Goswami G, Sharma M, Jugga D, Gouri DM. Can intracytoplasmic Morphologically Selected Spermatozoa Injection be Used as First Choice of Treatment for Severe Male Factor Infertility Patients? J Hum Reprod Sci. 2018 Jan-Mar;11(1):40-44. doi: 10.4103/jhrs.JHRS_74_17. PMID: 29681715; PMCID: PMC5892103.
  3. Mangoli E, Khalili MA. The Beneficial Role of Intra Cytoplasmic Morphologically Selected Sperm Injection (IMSI) in Assisted Reproduction. J Reprod Infertil. 2020 Jan-Mar;21(1):3-10. PMID: 32175260; PMCID: PMC7048693.