La posibilidad de conservar células vivas a largo plazo ha supuesto una ventaja fundamental en la medicina actual. Sin embargo, la criopreservación siempre ha ido acompañada de cierta polémica, veamos por qué.

¿En qué consiste la ultra-congelación?

La criopreservación es el empleo de temperaturas de entre -80ºC y -196ºC para la conservación intacta de células y tejidos biológicos vivos de forma indefinida, para su posterior recuperación tras la descongelación. La técnica más conocida de criopreservación es la inmersión en nitrógeno líquido.

Los efectos biológicos del enfriamiento se caracterizan por la congelación del agua de los tejidos, resultando en la concentración de los solutos que se encuentran disueltos en la fase líquida resultante. Si el proceso no se realiza correctamente, la congelación produce daño directo en las células y tejidos, debido a la formación de cristales de hielo. Para evitar este efecto, es habitual la adicción de los denominados crioprotectores. Un ejemplo de crioprotector es el glicerol.

La primera vez que se usó la congelación en nitrógeno líquido como método de preservación de la vida fue en 1967, cuando se conservó el cuerpo completo de James Bedford’s, horas después de que falleciera a causa de un cáncer de riñón. El cuerpo de James continúa en Arizona, Estados Unidos, con la esperanza de despertar en un futuro que logre revivirlo y curar su enfermedad (casi nada).

Desde entonces, se ha formado un conjunto de fábulas acerca de la criopreservación con estrellas de Hollywood que han hecho olvidar que este método sólo es eficaz actualmente en células, tejidos u órganos de forma individual, haciendo inservible la congelación completa de un ser vivo tan complejo como  el humano.

¿Entonces, cuál es la utilidad de la criopreservación?

La criopreservación de tejidos biológicos ha supuesto una revolución en el campo de la medicina permitiendo desde el avance científico en la investigación básica a la clínica aplicada. Ejemplo de esta última es la cada vez más de moda, congelación de células madre del tejido umbilical en recién nacidos. A partir de las células madre se pueden producir casi todos los tipos celulares del cuerpo humano, gracias a la medicina regenerativa, cada día más evolucionada.

En el mundo de la reproducción asistida, la criopreservación ha sido una técnica que ha marcado un antes y un después, con la posibilidad de conservación de gametos.

Además de ser la técnica diaria de almacenaje de espermatozoides, óvulos y embriones que permite la optimización de la fecundación in vitro, este método ofrece la oportunidad de mantener tus células reproductoras a largo plazo, en caso de que en un futuro las necesites.

Los casos más comunes de conservación a largo plazo son en mujeres con patologías, en su mayoría cáncer, cuyos óvulos pueden verse alterados durante el tratamiento de la enfermedad y acabar siendo infértiles.

También, se están logrando nuevos objetivos increíbles, como el de extraer células germinales indiferenciadas, madurarlas y congelarlas para la posterioridad. Esta estrategia podría aplicarse en niños con cáncer que reciben quimio/radioterapia en sus primeros años de vida y hasta el momento, no es posible que tengan la oportunidad de tener hijos biológicos en un futuro.

El año pasado, un grupo de investigación de Estados Unidos, desarrolló un programa de preservación de la fertilidad a partir de espermatozoides no maduros en macacos no adultos (un género de primates). Estos investigadores aislaron los espermatozoides a partir de tejido testicular y los congelaron. Cuando los primates pasaron a la edad adulta, les hicieron un injerto con el tejido que les habían sustraído y comprobaron que consiguieron madurar. Después, usaron estos espermatozoides maduros para realizar la fecundación in vitro con macacos hembra. Finalmente, consiguieron el nacimiento del  primate Grady a partir de la congelación de espermatozoides no maduros.

La utilidad de esta técnica en estos casos es brillante, pero el conflicto se plantea cuando esta ventaja la puede usar cualquier persona, ¿es realmente necesario congelar tus células?.

Numerosas clínicas de fertilidad ofrecen en la actualidad la posibilidad de congelar tus óvulos, aunque no padezcas una enfermedad relacionada. Lo que estas clínicas te están brindando es la oportunidad de preservar tu fertilidad para asegurarte ser madre en un futuro. Hay muchas mujeres que se encuentran centradas en su trabajo o no disponen de los medios para ser madres jóvenes, pero sí que quieren serlo el día de mañana, o simplemente no están seguras, pero les gustaría estar tranquilas de que tendrán la oportunidad de decidirlo, sin embargo, están perdiendo sus ‘mejores óvulos’ cada mes. También hay muchas mujeres que saben que su fertilidad puede verse alterada a largo plazo, que disponen de un recuento folicular bajo o ya sufren de algunos trastornos reproductivos. Por tanto, esta técnica  da la oportunidad de cumplir el deseo de tener hijos, a pesar de no estar en el momento adecuado.

Y tú, ¿te lo habías planteado alguna vez?

La congelación de células y órganos es ya una realidad que muchos critican por el uso que se le da, pero no se puede negar que es una revolución y ha permitido hechos impensables hasta hace poco. Así pues, asumamos los nuevos avances tecnológicos con responsabilidad.

En Pronacera Therapeutics te ofrecemos los test ONE y Fertility Map de Phosphorus, que buscan marcadores genéticos asociados con salud reproductiva y/o salud general (enfermedades oncológicas entre otras). Estos test te dicen si tienes cierta predisposición genética a tener esas patologías y por tanto te ayudarían a saber si es buena idea que preserves tus gametos (óvulos o espermatozoides) o no.

Referencias:

Fayomi AP, Peters K, Sukhwani M, et al. Autologous grafting of cryopreserved prepubertal rhesus testis produces sperm and offspring [published correction appears in Science. 2019 Apr 5;364(6435):]. Science. 2019;363(6433):1314–1319. doi:10.1126/science.aav2914

Methods in Molecular Biology, vol. 368: Cryopreservation and Freeze-Drying Protocols, Second Edition Edited by: J. G. Day and G. N. Stacey © Humana Press Inc., Totowa, NJ

Claudia Díaz