Lactococcus lactis: una bacteria probiótica de la leche capaz de tratar la enfermedad del cólera.

La nutrición es un campo de la ciencia que está siendo acogido positivamente entre las personas y es, por tanto, un nuevo camino para desarrollar tratamientos alternativos contra enfermedades que merman nuestra calidad de vida. La relación que existe entre la nutrición y muchas enfermedades es más que evidente, y es por ello por lo que estamos cada vez más concienciados con lo que tomamos.

Algunos de los alimentos que consumimos pueden clasificarse como prebióticos, probióticos e, incluso, como ambos. Según cómo estos alimentos beneficien a nuestra flora intestinal, los clasificamos en un grupo u otro. No obstante, vamos a centrarnos en el papel que cumplen los probióticos en nuestra vida. Los alimentos probióticos son aquellos en los que se encuentran microorganismos vivos que, una vez alcanzan los intestinos, se incorporan a nuestra flora y desempeñan su función. De esta forma, nos aportan diversos beneficios, dependiendo del microorganismo incorporado. Entre los beneficios más relevantes podemos destacar: la actividad protectora del tránsito digestivo, la actividad antimicrobiana y la actividad inmunomoduladora. Gracias a la ingesta de estos alimentos, se consigue frenar el crecimiento de muchos patógenos en nuestros intestinos y, por lo tanto, evitar graves enfermedades.

Los alimentos probióticos están al alcance de todos, ya que se encuentran disponibles en todos los supermercados. Es muy probable que ya estés consumiendo alimentos probióticos y ni siquiera lo sepas. Algunos de estos alimentos son: el yogur, las aceitunas, el queso crudo, el kéfir, la col fermentada, los pepinos encurtidos y el chocolate negro.

Debido al auge que está ganando el uso de probióticos para la mejora de la salud, las investigaciones científicas empiezan a apuntar en esta dirección, para ofrecer soluciones a graves enfermedades. Un estudio llevado a cabo por Ning Mao y su equipo científico, ha identificado una bacteria probiótica capaz de luchar con el cólera. Esta bacteria, conocida como Lactococcus lactis, se encuentra en productos fermentados de la leche y produce un ácido idóneo para que el cólera no pueda hospedarse en nuestros intestinos. Este estudio ha sido llevado a cabo en ratones, pero no por ello pierde relevancia ya que es un modelo animal que se ajusta muy bien al modelo humano.

Si queremos tener una salud de hierro, es necesario conocer todas las propiedades que tienen los alimentos que ingerimos. Todavía queda mucho por decir sobre este tema. Tenemos que seguir investigando sobre el uso de probióticos como tratamientos alternativos, pero el camino comienza a ser cada vez más llano.

 

Redactado por: Iván Morales Esquina